Bienvenidos los cerros, las vides y las llamas encendidas.
Tu prisa desespera, la carrera te ahoga el grito y te hunde con el malón.
Recuerda que las palabras engañan y las vísceras se hinchan con la mentira del arrullo en roca.
Ruge, puja, enciende el puño, desenfunda tu arte.
Sé la irrupción húmeda en el valle seco.
martes, septiembre 18
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