lunes, septiembre 24

Incongnitas

¿Yo?

¿Dónde se va tu luz cuando se apaga?
¿Cómo es que en la penumbra podemos vernos con los ojos cerrados?
¿Cuántos segundos morirán, antes de hundirnos en la nada, donde el tiempo no existe?

¿Qué será de los sueños que se pierden en cada amanecer?
¿Dónde van cuando estamos despiertos?

¿Y los otros?

¿Dónde descansan los sueños? Y ¿Dónde van cuando se mueren?
¿Existirá un paraíso celeste para los sueños muertos?
¿Harán escala en un purgatorio? ¿Tendrán que pedir perdón antes de perecer?

¿Qué será de ellos?

¿Por qué cada noche la noche se muda? Y ¿Por qué el día la persigue?
¿Hasta cuándo seguirán persiguiéndose?

¿Y ustedes? ¿Éstos, que son?

¿La noche duerme cuándo es de día o será insomne?
¿Se cansará el tiempo de correrse a si mismo?
¿Podemos cansar al tiempo?
¿Cuándo morimos es porque nos cansamos del tiempo?

¿Y aquellos? ¿Qué son?
¿Son o los hacemos?
¿Qué habrá sido de lo que fuimos?

Poeta en crisis

No sufras la hipocresía, no intentes la ética de la soledad.
Los hombres son lobos y beben el vino vida para acabarlo.
Camina el mundo si quieres, canta todos los cantares,
vive a tu Dios y en el regreso escucha:
el amor no espera ni desespera, el amor no viene al encuentro.
El amor es sexo y solo se vive por dentro.
Poeta, tu crisis es la sìntesis.
Poeta, ondula... vive.

jueves, septiembre 20

Una mujer cercana murió

No hagan bulla, Inés duerme
No lloren por ella,
No exclamen,
No duelen,
No hablen
Inés no puede despertar

Todos los días morimos un poco, sin darnos cuenta la vida se nos escapa entre los días.
Una mujer cercana murió, ahora tengo un nuevo recuerdo.

El dolor intenta entender, los pensamientos se vuelcan a lo obvio. Frases hechas que intentan retener el pulso.
Indignante y desmoralizante desconsuelo, la muerte es más real que la vida.

martes, septiembre 18

Cafayate

El pensamiento que no se aleja de la humedad.
La Quebrada corrompida de viento y lluvia, hermosa figurada en rojo.
Las marcas del tiempo sin hombre dejan ver lo glorioso del perpetuo trabajo natural.
Las distancias enormes y el sol como invitado de honor que acaricia oxidando cada mineral y la nada que silva, la soledad insoportable y las palabras que vuelven para mutilar.
Sueños en la siesta de una ciudad atenta que se vende y se revende, que se inventa.
Las viñas bordó rebalsan las copas de cristales ajados de tristeza.

Cachi

La gorda evangelización en un camino de alta montaña que llevó las cruces a lo más alto.
La ignorancia física abandona una rueda y el molino quedará incompleto.
Muñecos verdes con brazos largos que crecen despacio, se defienden con espinas y florecen de blanco, azul y rojo. Altos, a 16 cuadras del mar pero no muy cerca del cielo. No quieren tocar las nubes. Hunden sus pies hasta lo profundo y beben.
Cabrito asado en la desolación arqueológica, búsqueda infructuosa de un señor del milagro que obliga a caminar al sol.

San Antonio de los cobres

La ruina del borax deja su huella en el aire y no hay plata que compre tan barato una vida.
Sequía y muerte en llamas.
Ojos cansados, bocas que intentan risas sin dientes.
Cicatrices del rancho en el cerro de piedra, dibujan la roca al mejor postor.
La monedita por el regalo. La intención ofrecida y el sacrificio de chupar naranjas al abrazo del sol.
La foto y el pedido, el ruego de la necesaria protección, el aliento de pedir auxilio y distribución.
La vida alzada de promesas sin cumplir.

Tren a las nubes

Lazos de metal abandonado, nubes que se desplomaron, las venas hinchadas de nada.
El zumbido y el eco, amigos de la altura desolada.
Ya no hay puente porque nada se une.
El hierro solo, la mirada perdida busca el cielo en un infierno de piedra.

Tilcara

Bienvenidos los cerros, las vides y las llamas encendidas.
Tu prisa desespera, la carrera te ahoga el grito y te hunde con el malón.
Recuerda que las palabras engañan y las vísceras se hinchan con la mentira del arrullo en roca.
Ruge, puja, enciende el puño, desenfunda tu arte.
Sé la irrupción húmeda en el valle seco.

Salinas

Sal fraudulenta remojada por toneladas, vendida a centavos por ajadas momias curtidas.
Una lechuza sabiamente vestida de ocre espanta lo verde y el agua.
Figuras de un tapiz hexagonal infinito que resisten el desarme y las pachetas naturales sin ofrendas miran y se alinean esperando su turno de volver.

Purmamarca desamorada

La hermosa aguarda su llamado.
Bella infinita y deseada.
Sus siete colores la tornan imposible, inacabable.
Se abre y se muestra como el capullo nacido.
Suave y sabrosa, perfecta cepa de corte magistral.
Se inunda, se nutre, acoge el encanto de la dulzura menos imaginada.
Perfecta, platónica eternamente amable.
El desconcierto de la sabiduría se le impone.
Ella, lánguida, responde con una caída de ojos.

Poeta en crisis

No sufras la hipocresía, no intentes la ética de la soledad.
Los hombres son lobos y beben el vino vida para acabarlo.
Camina el mundo si quieres, canta todos los cantares, vive a tu Dios y en el regreso escucha: el amor no espera ni desespera, el amor no viene al encuentro. El amor es sexo y solo se vive por dentro.

Nevados

El frío olvidó su visita, la ausencia deja desnudas las cimas.
El clamor del aire caliente muestra su queja sin nieve y lo que antes estaba desapareció.
Los volcanes no arden y encierran en botellas heladas ajuares y cuerpos.
Los ríos secos son grietas, canales abiertos en los que la sangre de la tierra llora la presencia humana.

Quebrada

En cada signo de violenta vida se esconde la trágica mentira que te convierte en circo.
Cada teja con su reja, cada quejido con su chasquido y estoica te alzas en lanas de colores.
Quieres arte, vendes ignorancia.
Tu vidriera lleva un niño colgado a la espalda y la imagen vale una propina.
Extraños modos de ver, oler y sentir, la bruma encierra el abismo de tus héroes y el orgullo universal.

La Linda

Bella por contrastes.
Cúpulas que reflejadas de espejos son catedrales de postre.
Novenas murmuradas de milagros, pulseras de santos y naranjas.
Palmeras y el hombre que piensa aquejado por su espina.
Celestiales alabanzas de niños pobres pidiendo riqueza.
Soles ardiendo las lanas y las pieles.
Todas las puertas…abiertas.
Los cerros miran el espectáculo con luces verdes y ven luces amarillas mientras el Balcarce suena a cumbia.
Artesanías industriales y arte escondido, traficado.
Callecitas espigadas, sueños perdidos, pensamientos vacíos…
El circo se monta alrededor de las momias y el frío inventado conserva su desgracia.
Caballos cansados que recorren su camino aprendido en las patas sin herradura, chupan restos del agua que llegó en febrero. Observan el triste cuadro de la naturaleza loteada. Resisten a los amigos del cerro con la indiferencia de la esclavitud sellada en sus lomos.
Los contrastes, lo nuevo, lo viejo, lo usado…desechado.
El triste ruido de la linda que miente sabores y desgarra a risotadas y chillidos.