martes, septiembre 18

Cafayate

El pensamiento que no se aleja de la humedad.
La Quebrada corrompida de viento y lluvia, hermosa figurada en rojo.
Las marcas del tiempo sin hombre dejan ver lo glorioso del perpetuo trabajo natural.
Las distancias enormes y el sol como invitado de honor que acaricia oxidando cada mineral y la nada que silva, la soledad insoportable y las palabras que vuelven para mutilar.
Sueños en la siesta de una ciudad atenta que se vende y se revende, que se inventa.
Las viñas bordó rebalsan las copas de cristales ajados de tristeza.

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